El estado de resultados es uno de los estados financieros básicos, los cuales son estandarizados por las normas de información financiera (NIF), el estado de resultados consiste en la presentación de la información contable relativa a los resultados de una empresa en un periodo de tiempo determinado.

El estado de resultados se integra de la siguiente forma:

Ingresos – Costos y Gastos = Resultado del periodo (Utilidad o Perdida).

La importancia del análisis del estado de resultados recae en la participación de los costos y gastos de los ingresos, es decir nos ayuda a identificar que cantidades se han destinado a los gastos y costos específicos de la empresa, pudiendo con base a esta información tomar decisiones en la búsqueda de maximizar las utilidades de la empresa.

En este sentido existen tres momentos para el análisis:

El primer momento es la utilidad de operación o utilidad bruta:

La utilidad bruta se obtiene restando a los ingresos los costos generados por dedicarse a la actividad productiva de la empresa (compras, mano de obra, materiales. etc.)

La información que se obtiene de esta utilidad es la capacidad de la empresa de generar utilidades por dedicarse a su actividad productiva.

El segundo momento es la utilidad neta:

La utilidad neta se obtiene restando de la utilidad de operación los gastos propios de la empresa (gastos administrativos, papelería, combustibles, luz renta .etc.), esta utilidad refleja lo que genera la empresa por realizar sus actividades de forma integral, el diferencial entre la utilidad bruta y la utilidad neta son los costos inherentes al desarrollo de sus actividades.

El tercer momento es la utilidad después de impuestos:

La utilidad después de impuestos se obtiene restando a la utilidad neta los impuestos sobre la utilidad pagados por la empresa, así como el reparto de utilidades generado, esta utilidad es la que puede ser repartida a los socios de la empresa.